Invitada a dictar una conferencia sobre las mujeres y la novela, Virginia Woolf “hunde hondo la caña del pensamiento en la corriente” para intentar pescar la elusiva cuestión, lo que inicia un recorrido profundo y necesario del tema.
¿Qué necesita una mujer para escribir? Una habitación propia y dinero es su respuesta, lo que la lleva a reflexionar sobre las razones para la pobreza en la mujer como género. Sumergiéndose más y más en el asunto llega a dilucidar y señalar que las razones para la inferioridad achacada a la mujer yace en la necesidad masculina, y en general humana, de sustentar la seguridad propia en la inferioridad ajena, sin importar cuan arbitraria sea y de defenderla a toda costa.
Además de brillante, Woolf es ocurrente, chispeante, hace reír, disfrutar, conocer. Narra todo su recorrido mental, verdadero o ficticio y de lo trivial nos lleva de a poco hasta lo indispensable. Las primeras conclusiones no le bastan, y aún cuando logra explicar y hasta compadecer la precaria condición histórica de la mujer, trasciende el tema para declarar que la verdadera obra de arte es obra de una mente “andrógina”, que se ha olvidado de sexos, logrando de esta manera alcanzar un momento de creación “incandescente.”

6 replies on “Una Habitación Propia”
[…] como «La habitación propia» de Ferrante, el libro habla ya no sobre qué necesita una mujer para escribir, sino cómo lo […]
Me gustaMe gusta
[…] Las dificultades de lo femenino al escribir corresponden pero no se limitan a la disponibilidad de tiempo, es decir, de recursos materiales: de presupuesto para costear un espacio y sobre todo, de ese, mal llamado, tiempo libre, todo lo cual es reflexionado de manera brillante por Virginia Woolf. […]
Me gustaMe gusta
[…] Una Habitación Propia Legado […]
Me gustaMe gusta
[…] Mientras que la siempre brillante Virginia declara con simpleza que para escribir hay que ser y tener en una habitación propia. […]
Me gustaMe gusta
[…] Una Habitación Propia Respuesta a Sor Filotea de […]
Me gustaMe gusta
[…] todavía accesible, con los sacrificios y concesiones necesarias para habitar una buhardilla. Su propia habitación, el espacio confinado de libertad que paga la renta que hereda siempre un […]
Me gustaMe gusta