Memorias del subsuelo es uno de los mejores libros de Dostoievski. En él señala las contradicciones de la existencia humana, para después proceder a desentrañarlas; explicando las motivaciones de un hombre que aunque racional no deja de moverse por motivos oscuros y raramente reconocidos. A medio camino entre la filosofía y la literatura, el autor no olvida jamás el estilo. Se adelanta 60 años para narrar en primera persona sus reflexiones y miserias, asumiéndolas orgulloso e iracundo.
Dividido en dos partes, la novela nos presenta en la primera al hombre del subsuelo, poseedor de una conciencia exquisita, casi mística, quien ofendido por la naturaleza grosera del mundo y sus habitantes decide refugiarse en su agujero y ahí rumiar su desgracia. Narrador y protagonista nos comparte sus impresiones en una voz fuerte y propia. Su invisible interlocutor es también su tirano, el hombre cegado por la ciencia, lo deseable, lo virtuoso, lo socialmente conveniente.
La segunda parte titulada “a propósito de nieve derretida” narra dos episodios que ilustran la personalidad y actitudes del protagonista, incapacitado para actuar en la llamada “vida real” y cuya parte más interesante se dará al conocer a una prostituta noble con quien entablará una relación que nos transportará a Crimen y Castigo.
Esclarecedora como pocas o quizá como ninguna de sus obras, el autor lleva a las más altas instancias su capacidad extraordinaria de analizar la psicología de sus personajes, tomando como objeto al hombre mismo. Mérito nada menor considerando su calidad de titán de la literatura. Imprescindible.