El absurdo del punto de partida proviene de la mente brillante de Tina Fey, quien se rodea del equipo creativo de una de las mejores épocas de SNL para adaptar Queen Bees and Wannabes y diseccionar la jerarquía social para una joven mujer.

Aislada del ensayo social que representa la high school para los estadounidenses, Cady conecta con las primeras personas que le hablan, los parias, y desde su punto de vista conoce y después conecta con las plásticas, que es el mote con que se conoce a las chicas populares.

El guión y las actuaciones mantienen a flote la película. El tratamiento de los personajes es impecable y memorable, cada uno dibujado desde un clisé.

Rachel McAdams en el top de lo más hermoso de este mundo cruel, como una Regina que nadie odia y todos aman. El carisma que desprende es el de

un animal que sabe que ser admirado es ser temido o viceversa.

Briseida Alcalá

Después del 1 todos los números son iguales en una estructura de pirámide, por lo que las otras plásticas parecen desechables, pero permiten a Lacey Chabert tomar sana distancia de Party of Five y a Amanda Seyfried mostrar los primeros destellos de todo su potencial.

El desarrollo de los eventos no es sorpresivo pero tampoco predecible, y muestra los patrones de comportamiento alterados con un elemento extraño, para conformar un experimento social con resultados cómicos y trágicos y de paso secuencias extrañas y memorables como las del festival navideño y la asamblea.

A punto de cumplir 20 años la película conserva su frescura para divertir, conectar y entretener, pero ofrece, además, una relectura todavía feminista, sobre cómo

actuar con maldad es una de las maneras infinitas de ser mujer.

Elle | Isabelle Huppert y su Análisis del Control y la Voluptuosidad en el Cine.

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