
Primero no fue la nada sino el vacío, y dioses tan poderosos como para llenarlo todo con una sola palabra. Así lo narra el Popol Vuh, libro sagrado del pueblo maya.
Descripción e interpretación del hombre, la creación y el universo; patrimonio y testimonio de la antigua memoria de los pobladores originales. Se trata de un texto invaluable y único, recolección y reconstrucción de su particular cosmogonía, donde se entrelazan sin distinguirse la historia y la mitología.
Su origen oral se refleja en la sencillez del lenguaje, donde se funde con extraordinaria gracia la metáfora y el símbolo para construir un relato fascinante de dioses y héroes, en el que también descubriremos las más importantes de sus convicciones, certezas y tradiciones.
Balam-Quitzé, Balam-Acab, Mahucutah e Iqui-Balam, los cuatro primeros varones, formados y no gestados. De mazorca amarilla y blanca modelada su carne y su sangre, sus fuerzas, sus músculos, su gordura y su vigor. Raíces del tronco robusto de la nación quiché, árbol que crecerá una vez despuntada la aurora, extendiéndose en toda clase de direcciones. De ahí nacerá también Hunahpú e Ixbalanqué, gemelos nacidos de Hun-Hunahpú, de quienes se narra como con grandes astucias vencieron a los señores de Xibalbá, en uno de los más extraordinarios episodios no sólo del libro sino de toda la mitología conocida.
Ordenado para una mejor y más fácil comprensión, el texto se divide en cuatro capítulos en los que se narran la creación del universo, la de la humanidad y las hazañas de sus principales campeones. Portentos de los Dioses, gestas de los hombres y una historia que está más viva que nunca. No lo dejen ir.