Briseida Alcalá
Alfonso Reyes utiliza el poema para narrar una biografía imaginada y vivida, reflejando su vida en Monterrey y el legado de erudición que lo rodea. Sus versos evocan recuerdos nostálgicos, conectando lo cotidiano con lo extraordinario, como reimaginar el mito de Ifigenia en un contexto contemporáneo.
Shakespeare, en 154 sonetos, explora la complejidad del amor, combinando la belleza del verso endecasílabo con una profunda introspección sobre los deseos, celos y pasiones. A través de una voz poética masculina, las relaciones son sutiles y enigmáticas, destacando la lucha contra el tiempo y la búsqueda de la inmortalidad emocional.
Bécquer rinde homenaje a lo intangible, considerando que solo estas realidades merecen ser inmortales. En su poesía, la inspiración es un vínculo vital entre lo imaginado y lo tangible, mientras que el amor se presenta como un ardor eterno que provoca desasosiego. Este contraste entre deseo y frustración refleja su visión del destino humano.
Fruto es el canto y semilla el dolor; la poesía de Emily Dickinson dialoga con la naturaleza y también la expresa para revelar la grácil belleza con la que se erige la eternidad.
El «Réquiem» de Rainer Maria Rilke, compuesto por cuatro poemas, explora el lamento hacia los muertos: un desconcierto ante el dolor de un alma. La obra, completada en 1931 con dos poemas adicionales, es un soliloquio que busca conectar a los vivos con los muertos.
Alejandra Pizarnik conoce lo primordial, como un puente entre lo etéreo y lo eterno, conectando al poeta, al poema y al lector en un diálogo profundo. Su obra explora temas de soledad y muerte. Su escritura refleja un constante retorno a la vida y a la angustia por la memoria del silencio.
Su legado perdura a través de un canto inmortal.
Nicanor Parra desafía las convenciones líricas al explorar lo inapropiado con humor y provocación. Su poesía, visceral y accesible, revaloriza lo cotidiano, fusionando prosa y verso. A través de su legado, aborda el viaje individual y universal, combinando la mitología familiar con la existencia humana.
Con cuatro cuartetos, Thomas Stearns Eliot explora la naturaleza inmutable del cambio, penetrando las apariencias para llegar a la esencia de las cosas, oculta siempre con el velo del tiempo. Se trata de una embriagadora visión seminal sobre los fundamentos de la existencia en la que el origen sólo tiene sentido al contemplarse como final. […]
Briseida Alcalá 